First published in 1979. This thesis describes the theoretical impact on labour markets of a process of adverse selection similar to that described in outline by George Arthur Akerlof. It concerns the information conveyed to potential employers by the fact that any new worker, except for one just entering the labour force, has either left or is prepared to leave his latest Job. If an employer is able to identify his good workers more accurately than the market at large and is generally successful in retaining them, then the group of workers leaving him will contain a disproportionately small number of good ones. For similar reasons this pool should also contain an unusually large number of bad workers who have been either flied or induced to quit. Thus, workers who change jobs should on average be less able ones. Since the market failures that result have potentially significant consequences in the labour market, this study is devoted to examining their influence on the structure of wages and job tenure, and on the operation and efficiency of labour markets. This title will be of great interest to students of economics and business studies.

Es algo conocido, desde hace mucho tiempo, que el desarrollo de la calidad de vida es el resultado de los avances en el conocimiento y la tecnología, no de la acumulación de capital. También es sabido que lo que de verdad separa a los países desarrollados de los que no los son no es tanto las diferencias en recursos y producción sino la brecha existente en el saber. Tanto es así que la velocidad a la que las naciones en vías de desarrollo cierran esa brecha es fundamental en su crecimiento. Es por tanto primordial, para entender cómo crecen los países, saber cómo aprenden, se hacen más productivos y lo que sus gobiernos hacen para promover el aprendizaje.

Joseph E. Stiglitz y Bruce C. Greenwald nos demuestran, de forma muy persuasiva, cómo el enorme crecimiento de nuestros niveles de vida ha sido resultado de como aprender a aprender. Nos explican cómo los países más avanzados y los que lo están menos pueden modelar una nueva economía del aprendizaje.